martes, 30 de octubre de 2012

Sobre Lado Géminis


Como un abanico

Por Loreley El Jaber


Como un abanico, el libro de Virginia Janza, Lado Géminis, se abre al lector ofreciéndole una amplia serie de caminos a recorrer. No es casual que empiece estas palabras con la referencia a un abanico precisamente, un objeto tan femenino, que hace al arte de la seducción y a su vez al arte del esconder; un objeto que se pliega y se despliega, se muestra, se guarda, se esconde, se agita, se mueve al vaivén de la mano y de los ojos de la mujer que lo ostenta, de la historia que esos ojos disimulan o exhiben, del hombre que los ausculta. No es casual porque Lado Géminis es un abanico, su movimiento, su feminidad, su apuesta cifrada puede ser contenida en este objeto, en la idea del abanico, o al menos propongo leerlo como si así fuera.
 Dividido en cuatro partes, plegadas entre sí, cada una de ellas está unida al resto y a su vez es autónoma, posee sus propios epígrafes, sus propios temas, sus propios modos de versificar o de narrar; cada parte nombra a su modo, calla a su modo, pero en todas ellas hay una mujer que se planta y dice la pérdida que trae el tiempo, dice la nada, se dice una y diversa, se piensa de a pares, en espejo, duplicada. En suma, una mujer que dice y simultáneamente calla, oculta; una mujer que sin ambigüedades declara: “siempre hay una fosa”. Este verso se refleja en otro del citado poema de Mercedes Roffé: “la memoria del hueco”, imagen tan efectiva para este libro, tan definitoria del mismo. Porque aquí leemos la historia del hueco conscientemente escondida, ocultada –“así quedás/ recatada palabra/ que muere dentro mío”– pero también (o quizás por eso mismo) siempre presente. Virginia Janza dice el hueco una y otra vez, ostenta el gesto del ocultamiento, nos muestra un no-decir constitutivo, identitario, un silencio plagado de sentido que surge ante la imposibilidad de enunciarlo todo: “y eso me cuesta/ renunciar a pedazos de mi cuerpo/ borrar pedacitos de mi historia/ qué digo/ grandes partes de mí/ aunque una no quiere/ morir en el intento”.
Ese todo que es cuerpo e historia, hueco y memoria, que es fosa iluminada, es parte de un yo complejo marcado por un movimiento incesante de contención y desborde: “la represa ha soltado/ la represa ha soltado las palabras/ y ya no nos podremos nombrar”. El sujeto es innombrable, hay algo del orden de su esencia, de su identidad, que es inasible. En algún momento lo confiesa: “me temo inaprensible”, y ese temor –que es autodefinición, autorretrato breve y aéreo– se sostiene en una constante dualidad, en un nosotros que también es alcanzado por lo innominado. Indecible pero audible, indefectiblemente presente: “escuchando solamente esa voz/ que late por dentro/ tuc tuc/ tuc tuc/ tuc tuc/ tuc tuc/ (no te pierdas)”.
Lado Géminis, fiel a su título, se construye en base a un juego de pares que, o bien se sostiene en la materia de la poesía, o bien lo hace mediante un juego dialógico de voces que se entabla incluso gráficamente a través del uso de la cursiva y del paréntesis: “qué escisión estúpida aconsejarías/ vos, cirujano de órganos tibios/ ¿amputarme la mirada de una vez?/ ¿dejar salir la lengua-jirafa?/ Nada de eso…”; “alguna vez fuimos/ parejos/ (¿podés sentirlo todavía?)”.
El cuerpo amputado, amputable, como el yo plural innombrado e innombrable, como el todo imposible de abarcar. Lo asible resulta tan poco, lo real tan pequeño. Así entra el tiempo en este libro, el paso del tiempo y con él el aprender: “Hubo un tiempo en que fui… pero luego supe”. El saber es decepción; el crecimiento que traen los años, deriva. No hay resguardo en el presente, allí el único refugio posible es el pasado: “en el agua parecíamos no ser/ nosotros en el tiempo/ jugábamos carreras de nado/ resbalábamos barrenador/ flotando quietos/ panza arriba/ caminata lunar en el fondo/ escamas nos unían la cola de sirena/ más allá las frías corrientes/ los bancos de arena/ espuma amarilla/ tus ojos minerales/ reflejos/ estupefacto ojo/ siguiéndome a todas partes”. La belleza de la memoria de una dupla a nado perdura en el ojo de la ya no tan joven y encuentra, por suerte, palabra.
La monotonía del hoy clausura el viaje, lleva a buscar el camino a tientas y a perderse, lleva a preguntarse: “qué sigue cuando el tiempo consume”. Janza nos regala un sendero, construye trabajosamente un espacio de contención al desborde de un tiempo amplio que se ramifica y así socava toda imagen de arraigo, de seguridad terrosa. El sendero es, como no podía ser de otro modo, una imagen conjunta: “la fosa y la orilla”; imagen cuya apuesta se ve reforzada en un doblez genuinamente geminiana, desde el que sugiere “mantener la boca cerrada/ apretar fuerte los labios/ y no permitir la huida” y a su vez exponer por completo la piel “porque cuanto más carne/ más roja/ más suelta”.
El pliegue del abanico no se ve, nadie repara en ese pequeño fragmento contenido y reiterado, que se esconde, que hace al movimiento, que permite su rítmica seducción desplegada. Lado Géminis muestra cada pliegue y asimismo lo abre entero, lo sacude, lo detiene. Virginia Janza exhibe al mismo tiempo una piel rojamente abierta y un par de labios fruncidos, una boca lacrada.

lunes, 29 de octubre de 2012

Presentación de Lado Géminis

Lado Géminis en vivo! Compartimos la edición completa de la presentación de Viajera en el Centro Cultural de la Cooperación el martes 23 de Octubre de 2012.
¡Que lo disfruten!
¡Muchas gracias a Gabriela Tavolara por preparar este hermoso material!

viernes, 26 de octubre de 2012

Instantáneas de Lado Géminis


Lingotes de Lado Géminis


Backstage


Lado Géminis Deluxe 


Palabras de Paula Oyarzábal y Loreley El Jaber 


Luz dorada en escena


Lectura geminiana


Virginia Janza´s Performance


Loreley El Jaber, Virginia Janza, Paula Oyarzábal
Karina Macció y Cecilia Maugeri

¡Gracias a todos por compartir este maravilloso viaje! 

martes, 16 de octubre de 2012

Lado Géminis de Virginia Janza, nuevo libro viajero!

"marilyn monroe carita de nena/ femme fatale/ elásticas piernas monumentales/ géminis de platino"

Lado Géminis
de Virginia Janza

 Martes 23 de octubre, 19 h
Cultural de la Cooperación
 (Av. Corrientes 1543, Sala Pugliese)



Con la participación de Loreley El Jaber, Tamara Domenech y Paula Oyarzábal
 Te esperamos!!!!!!!!!!!

lunes, 8 de octubre de 2012

Algo de lo que fue Viajera visita Casa de la Lectura

Mesa Viajera en la Casa de la Lectura!













Valentina Nicanoff








Yair Magrino







Bárbara Belloc







Lucas "Funes" Oliveira









Laura López







Nadina Tauhil









Nicolás Di Candia







Axel Levin

martes, 2 de octubre de 2012

Lucas Oliveira en Viajera Visita



Lucas Oliveira | Tw: @funes

Nací en Mataderos, Capital Federal, durante la última dictadura militar, en 1978. Escribo. Edito para Funesiana. Encuaderno. Actúo. Organizo eventos literarios. Publiqué varios libros. No muchos recuerdan mi apellido. Dedico toda la energía que me brota del cuerpo para extirpar el resentimiento que llevo adentro.











Mar adentro

cuando te hago el amor
quiero que absorbas la morbosidad
que me despierta verte desnuda

te hago la piel
de amor
cada latido

percutir sobre la locura
sin anteojos
manchas de nacimiento crecimiento
el mapa de tu cuerpo

sentí con la profundidad de tu materno
la voracidad de mi cucharita

cuando te hago el amor
con tus ojos me das sangre
con la punta de tus dedos
violencia

te hago el amor sin cariño porque te quiero romper
y que la marca te dure para siempre
y decir fui yo
y cruzarme con el tiburón blanco
y mostrarle mis dientes con los restos de tu carne
y verlo transformarse a la bondad
y que diga estás hecho mierda
y yo

hecha mierda quedó ella

acordarme de vos
y así nunca más te vas
pegada donde más me duele
porque la memoria de tu materno
y nuestros dientes golpeándose

pero qué vas a entender

le digo al tiburón blanco
y me acaricia la cabeza y susurra

calmate ya está calmate

ya está
y no

no puedo
tiburón
la veo pecesita
tiburón
no puedo

te lastimo pecesita
te asasino pecesina

y me arrepiento en tu entierro
entonces cavo mi tumba a un costado
como cuando cavo en tu materno
y la bronca la escupo con los ojos
y no puedo parar de cavar

tiburón me susurra

voy a iluminar mi cementerio de pecesitas
para que veas cuánto mar tengo adentro


la huella

porque te saluda saco mano
te creés julio gran dona
pluma de mediocridad
ladrón de frases cortas
porque creías que así se notaba menos

dejá de depilarte la ceja, sugerí
dulcemente
vos callaste
vos bebiste
vos pagaste
y te fuiste

hoy me llega mail
sms
te profesionalizaste
la foto la hizo tu amiga
que no podés nombrar
tenés contrato para ruborizarte
en público
decís
empecé de abajo
y nadie te cree
pero yo sí
porque empezaste de abajo
pero la bestia pop quiere pruebas
no saben leer tus ojos de fuego
tus vísceras forradas en lava
yo te creo, me dijiste borracho
borracho, me dijiste
borracho, yo te creo

la mano me diste
apretaste
soltaste

ahora corregís tu obra mayor
y vas a ganar todas
las carreras de embolsados

no vas a disfrutar
tus ojos de fuego
tus vísceras forradas en lava

un día van a llevarte a la Feria
imprimir la foto
pagar el cheque

¿y adónde vas a ir?
¿sapito en el Rosedal?

te sacaste la gorra para las fotos
y acá se te extraña
vemos en la parada del 96
no te reconoce ni tu papá
cada tanto dice
yo le creo
nosotros callamos o pedimos
a tu mamá
otra ronda de fideos

ahora aguantás la parada
entre estatuilla y estatuilla
guardás ese billete con el teléfono
de tu mujer
a mano veloz el cinco ilegible
y en la oscuridad de los días
lo tocás olés apoyás con cariño

lo único que te queda
real