lunes, 30 de septiembre de 2013

Anticipo de "El fin de la siesta" de Eduardo Camisassa



Los Juegos que atrapan
(Fragmento)


Don Pedro vivía en la calle de la estación, a poco más de cien metros de la vía del tren. Había nacido en los países vascos pero hablaba bien el español, aunque para el gusto de muchos con demasiado acento. Con más de setenta años nunca se había casado y ocupaba una habitación en el Hotel Argentino. Todas las tardes emprendía su viaje hasta el Club Social con un traje pardo o gris gastado y una camisa clara con el cuello mal planchado y medio sucio, típica de solterón.
Gran tipo Pedro Marcaida; fornido, morrudo, caminaba como vasco y hablaba como extranjero como tantos inmigrantes que habían venido a hacer un país. Moriría sin volver a España ni ver  cumplido su sueño. A su edad no tenía mucho que hacer excepto dejarse estar con amigos. Ya en el club Don Pedro se juntaba con Pocholo, que vivía en la misma calle de la estación pero en la parte que se inundaba cuando llovía fuerte. Al rato aparecería otro don, Don Carlos, un martillero que remataba chucherías pegado al Club Social. Tomaban un tecito revolviendo constantemente para que la infusión fuera más fuerte y se jugaban una o dos partidas de ajedrez. Todos sin excepción movían el peón del rey para abrir el juego. Las partidas se abandonaban con un código  compartido que se había hecho costumbre: sin hablar, el que perdía iba empujando lentamente todas las piezas, fueran blancas o negras, hacia el centro del tablero. El que había ganado,  permanecía en silencio.


Eduardo Camisassa, El fin de la siesta.
Próximo título de Viajera Editorial.



Honore Daumier, 1868


domingo, 29 de septiembre de 2013

Mercedes Roffé escribe sobre "La pérdida o la perdida"de Karina Macció




Como La disparition de George Perec, La pérdida o la perdida habla de un extravío, ya no aquí el de una por demás ubicua letra “e”, sino el de un acento que podríamos –quizás sólo entrecomillándolo-- tildar más “de época” que “de extranjería”.

Lo que se ha perdido aquí es –enhorabuena–  el tono de suficiencia –desde la risa postmoderna de los 80 al regodeo en lo vulgar (¿pseudogauchesca urbana?) de la década siguiente, de la que Karina Macció siempre supo mantenerse saludablemente a un lado.

Lo que se encuentra, en cambio, es –enhorabuena– el apunte minucioso de una experiencia extrema. Es decir, precisamente eso que –(n)os guste o no– ha hecho siempre (a) la gran literatura: dar lugar al fluir de una conciencia que necesita arrojo por demás para escucharse y enfrentarse a sí misma.

“Poesía urgente”, “Poesía necesaria como el pan de cada día”, como diría Gabriel Celaya, no tanto aquí por política denuncia de una devastación social y comunal, como por íntima biopsia e indagación del ser y estar, y del perderse y desaparecer y reencontrarse, frente a ese espejo que siempre es uno y… el otro más entrañable. 

Esa otra política, esa otra estética, ese humanismo.


Mercedes Roffé

sábado, 28 de septiembre de 2013

"Strip-Dancer", de Gabriela Tavolara. Anticipo









En primer grado usaba jumper gris, camisa y corbata, y jugaba con todas las nenas del aula. Nunca podría sociabilizar con los varones hasta casi terminada la secundaria. Una extraña sensación de respeto. Hacia ellos –sí– y la entrada del sexo. Más tarde encontraría en ellos algo vulnerable, que la haría sentir un poco de lástima y ganas de tenerlos a todos, para no abandonar a ninguno (aunque no se puede jugar con el más especial). Una relación que se da con los que logran un contacto, visual, real, el deseo.


***


Todas las nenas del curso sentadas en ronda. Ella comandando la exploración. Las piernas como indiecito. La falda ocultaba la operación del resto de los que estaban en el patio. Nadie lo notó. Simplemente esas nenas tratando de descubrir lo que tenían entre las piernas. Ése fue el rescate de los ojos. 






Gabriela Tavolara, Strip-Dancer.
Próximo título de Viajera Editorial.




Osamu Yokonami

jueves, 26 de septiembre de 2013

Entrevista a Karina Macció en ocasión del XXI Festival Internacional de Poesía de Rosario





Karina Macció: "Escribo para sentir en toda su intensidad"
Por Delfina Amelong    

De risa sonora (muy), me cuenta, orgullosa, a propósito de sí misma. Hasta la visión desde su ventana es poderosa. Una de las fotos que me manda Karina junto con sus respuestas no es de una mañana de sol, es de un atardecer. Escondiéndose detrás de los edificios, está el sol. El sol que quiebra las calles del Abasto. Allí se encuentra “La Guardia Literaria”, el espacio donde funciona Siempre de viaje, su taller de lectura y escritura, poesía, narrativa y bordes, “un espacio para la difusión y promoción de nuevos talentos; un espacio para la creación de eventos (presentaciones, puestas en escena, performances)”, como reza su página web. También allí, abunda, en el Abasto, funciona su editorial, Viajera editorial, “letras para viajar, literatura para disfrutar”. Está claro, para Karina la poesía es un círculo virtuoso, un ruedo infinito y constante, un elixir intenso.
“Muchas gracias”, le dije anticipadamente al mandarle las preguntas. “Gracias a vos! Fue muy divertido!”, me respondió debajo. El entusiasmo no escatimó en detalles de referencia: “no vivo en una casa, vivo en un departamento chiquito, pero abajo hay un parque y una pared tan linda como la que se puede ver”. Hecha la salvedad, la observo, frente a la enredadera de la pared, haciendo una lectura. Abre el libro y se aleja más del cielo. Karina Macció, la poetisa de los viajes. 

  
-¿Qué lectura (texto, película, música) o experiencia te llevó a escribir poesía? ¿Qué gatilló el poema? ¿Qué edad tenías? ¿Provenías de un ambiente familiarizado con la poesía o la literatura?

-Mis primeros poemas fueron lo que solemos llamar “poemas de ocasión”. Escribía rimas pegajosas para los cumpleaños de mi mamá, mi papá, mis abuelos, en fin, para aquellos que eran todo para mí en esos días. Iba en tarjetas elaboradas con ilustraciones y colores. Esto fue cuando era chica, a los 8 o 9 años. Luego fui haciendo lecturas, siempre fui muy ávida, y leía todo lo que llegaba a mis manos. Poesía no tanto hasta entrada la adolescencia. Entonces conocí a Martí, Darío, Storni, Pizarnik, y Poe, primero en castellano, y luego en inglés. Primero fueron sus cuentos y luego sus poemas y todo el material que podía conseguir. Definitivamente Edgar Allan Poe fue un iniciador en la literatura para mí. Él me condujo a Baudelaire y a todos los franceses, Verlaine, Rimbaud, los malditos, otra gran influencia.
En cuanto a la literatura, en mi casa había una biblioteca importante, con mucha literatura, pero aún más filosofía. Poesía muy poco, aunque mi mamá escribía en su cuaderno poemas que no mostraba a nadie (yo los leía a escondidas). Mi papá es un gran lector, sobre todo de ensayos, así que la lectura y la escritura estaban presentes en casa, aunque no como profesión.

-¿Cuál es tu proceso de escritura? ¿Tenés un método, un horario, un lugar? ¿Te acompañás con lecturas?

- Mi proceso de escritura es tomar el momento que se pueda y escribir. No tengo un método, me gustaría quizás. El anti-método que ejerzo es darle cabida al flujo de escribir cuando viene, si en ese momento no estoy literalmente haciendo otra cosa. Si me estoy por ir a dormir, a bañar, a comer, y surge que pide ser escrito, dejo todo, agarro lo que sea (cuadernos, papeles, computador, celular) y escribo.
Las lecturas son siempre grandes amigas, indispensables. Ellas también me llevan hacia algún lugar, me iluminan, responden mis preguntas, me muestran caminos posibles.  


-¿Quién, de entre los invitados del festival, te gustaría que te lea? ¿Cómo es tu relación con el festival?

-Qué pregunta difícil… Sin pensarlo demasiado, supongo que Diana Bellessi. Me encanta lo que escribe y toda su persona me resulta poética.
Mi relación con el Festival empezó hace dos años cuando decidimos desde Viajera Editorial aventurarnos viniendo desde Buenos Aires a participar de cualquier manera. Tuvimos un recibimiento hermoso, enseguida nos hicieron un lugar en la Feria de Editoriales, y pudimos participar de la trasnoche del Festival que es increíble. Desde ese momento nos comprometimos a hacer este viaje todos los años. 

-¿Contra qué o contra quién escribís? ¿Qué autor de la contemporaneidad te parece sobrevaluado?

-Escribo contra lo superficial, contra la pose, contra no sentir. En un sentido más amplio, creo que escribo contra la muerte, contra el tiempo. De todas formas, me gusta pensarlo al revés: escribo para sentir en toda su intensidad, para comunicar más allá de las palabras, para conjurar la angustia y el vacío, para buscar algo que pasa cuando escribo, que no sé muy bien qué es, pero supongo que podría llamarse “sentido”.
No sé que autor está sobrevaluado. Estoy muy cerca. Lo contemporáneo es ahora. Seguro que hay autores que me gustan y otros que no. La crítica es siempre caprichosa, como el tiempo, no asegura nada.

-¿Cuál fue "el" momento poético que hayas vivido en las últimas horas?

-En las últimas horas estuve trabajando con el diseñador gráfico en las últimas correcciones de dos libros de Viajera Editorial. Y terminamos. Eso conlleva una felicidad máxima, un disfrute por anticipado de estos objetos poéticos y mágicos que son para mí los libros.

-¿Qué libro o autor contemporáneo recomendarías?

-Silvina Ocampo, este año estuve leyéndola un montón. Es increíble. Absolutamente original. 

-¿Qué es lo que más te sorprendió encontrar al buscar tu nombre en Google?

-No sé! Esperá que lo hago… Ahí está. Bueno sin entrar a los links, me sorprendió que sale una foto mía de cuando no tengo flequillo. Me causa gracia.

-Visité su página web "Siempre de viaje" y vi también que tenía una editorial llamada "Viajera". ¿Considera estos nombres como metáforas de su relación con la poesía? 

-Claro! Obviamente no estamos cara a cara, sino ya te habrías dado cuenta de que son mis palabras preferidas: viaje, poesía, viajera, siempre, literatura, taller, libro, vida, corazón, contar, descubrir, explorar, escribir. Me dejé llevar y agregué algunas más.


miércoles, 25 de septiembre de 2013

"Sangra", de María Florencia Giménez de Castro. (Fragmento)



Me tapo la boca rápido. Hago un trago largo, dulce, espeso.
Espero unos minutos, cierro los ojos otra vez. Grito. Lo llamo, con la mirada desgarrada.
¡Yo sé que lo vi!
Estaba detrás de la ventana. Escuálido, blanco, violáceo, violado dentro de la piel, a través de ella. Pero él no me llega a escuchar. No puede. Lo miro otra vez, fijamente, para que sienta que está ahí, todavía. Abro cada vez más los ojos, tanto que se secan. Necesito volver a cerrarlos para dejar que se humedezcan y así poder llorarlo.
Ahí está, otra vez, la tela blanca que me contiene. El papel sigue en el hueco de mi mano. Lo aplasto con todo mi peso para poder levantarme, despacio, con un ligero envión hacia la derecha.
Siento las piernas transpiradas, frescas. Crujen los huesos de los tobillos, de los pies. Doy la vuelta.
Achico la mirada hasta dejar una línea difusa. No puedo distinguir bien el lugar, ese otro lado hacia donde estoy girando.
El cuello, los hombros, la cintura, los muslos, las rodillas. Por fin los pies terminan de reubicarse. Suelto, libero, expando los párpados. Estoy en un cubículo blanco. Hay mucha gente, uno
me dice: roban sangre.






María Florencia Giménez de Castro, Cantata.
Próximo título de Viajera Editorial.



Katherine Du Tiel


martes, 24 de septiembre de 2013

Festival Internacional de Poesía de Rosario

Viajera Editorial visita
Festival Internacional de Poesía de Rosario
Poeta invitada: Karina Macció
leerá el viernes 26 a las 18 h
en Plataforma Lavardén (Mendoza y Sarmiento) 

tumanomimano/ y reíamos tanto/ sin acabar/ nunca/ atrapados los ojos tapiados/
tapados los muertos/ tapiados/ mientras, un poco más/ allá/ tercero/
el diablo se ríe/ (viendo falso “nuestro”/ reír)/
de los degollados/ de los confundidos/ de los desalmados.
De Amarillo (amar y yo), inédito, km, 2011.


Miércoles 25

A las 20: Como primera actividad oficial del festival se proyectará El jardín secreto, documental sobre Diana Bellessi que estará por la presencia de uno de sus directores, Cristián Costantini, y de la poeta. (Centro Cultural Roberto Fontanarrosa, San Martín 1080)

Jueves 26

17: Presentación del Festival a cargo de Martín Prieto (director del Centro Cultural Parque de España, organizador del festival), Horacio Ríos (secretario de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario) y María de los Angeles González, ministra de Innovación y Cultura de la provincia de Santa Fe. (Gran Salón de Plataforma Lavardén, Mendoza 1085, quinto piso)

17.30: Mesa de lectura con los ganadores del Concurso Provincial de Poesía José Pedroni 2013: Mirta Rosenberg (Rosario, 1951) y Lisandro González (Rosario, 1973). (Gran Salón de Plataforma Lavardén)

18: Mesa de lectura con los ganadores Concurso Municipal de Poesía Felipe Aldana 2013: José Ignacio Sainz (Rosario, 1987) y Sol Figueroa (Tucumán, 1998). (Gran Salón de Plataforma Lavardén)

18.30: Mesa de lectura con Ce Ulla (Rosario, 1983), Santiago Venturini (Esperanza, 1981), Mariana Suozzo (Buenos Aires, 1982) y Pablo Natale (Córdoba, 1980). (Gran Salón de Plataforma Lavardén)

19.30: Mesa de lectura con Lucas Mercado (Paraná, 1980), Oscar Fariña (Asunción del Paraguay, 1980), Manuel Alemián (Buenos Aires, 1971) y

Ariadna Vásquez (República Dominicana, 1977). (Gran Salón de Plataforma Lavardén)

20.30: Encuentro con el poeta chileno Raúl Zurita. (Gran Salón de Plataforma Lavardén)

21: Concierto del cantautor Pol Nada. (Centro Cultural Roberto Fontanarrosa)

23: Mesa de lectura con Antolín (Salta, 1983), Paula Moya (Mar del Plata, 1988), Santiago Pontoni (Santa Fe, 1986) y Jonatan Santos (Rosario, 1983). Además actuarán Rosario Players y Rap's Demua. (Terraza Plataforma Lavardén)

Medianoche: Mesa de lectura con Meli Depetris (Punta Alta, 1985), Julia Enriquez (Rosario, 1991), Matías Moscardi (Mar del Plata, 1983), Ezequiel Nacusse (Tucumán, 1990) y Bruno Revello (Neuquén, 1985). (Bienvenida Casandra, Sarmiento 1490)

Viernes 27

10: Cierre del ciclo "Los poetas hacen escuela", con la participación de Ariadna Vásquez (República Dominicana, 1977) y de Fabricio Estrada (Honduras, 1974). (Escuela Media Nº 569 Santa Lucía, Riobamba 7674, y Escuela Primaria Nº 615 República del Perú, Alem 3099)

17: * Encuentro de talleres literarios de todos los distritos, con la coordinación de Federico Tinivella. Además, actuará Irene Cervera. (Biblioteca Estrada, Servando Bayo 799)

* Mesa de lectura con Aníbal Chicco Ruiz (La Banda, 1981), Lucas Oliveira (Buenos Aires, 1978), Fernando Callero (Concordia, 1971) y Fernando Noy (Ingeniero Jacobacci, 1951). (Gran Salón Plataforma Lavardén)

18: Mesa de lectura con Mario Castells (Rosario, 1975), Karina Macció (Buenos Aires, 1974), Carlos Ríos (Santa Teresita, 1967) y Fabricio Estrada. (Gran Salón Plataforma Lavardén)

19: Homenaje a Luis de Góngora, con la participación de Héctor A. Piccoli y Claudio Sguro. (Gran Salón Plataforma Lavardén)

19.30: Mesa de lectura con Homs (Totoras, 1965) y Selva Dipasquale (Buenos Aires, 1968). (Gran Salón Plataforma Lavardén)

20: Mesa de lectura con Patricia Suárez (Rosario, 1969), Eduardo Ainbinder (Buenos Aires, 1968), Taja Kramberger (Eslovenia, 1970) y Jordi Doce (España, 1967). (Gran Salón Plataforma Lavardén)

21: Concierto del gran cantautor Gabo Ferro, que recorrerá todos sus discos. (Centro Cultural Roberto Fontanarrosa)

23: Mesa de lectura con Mariano Blatt (Buenos Aires 1983), Pablo Espinoza (Jujuy, 1983), Violeta Kesselman (Buenos Aires, 1983) y Bernardo Orge (Rosario, 1988), más el concierto de Gustavo Angelini en concierto. (Terraza Plataforma Lavardén)

Medianoche: Mesa de lectura con Milton López (Bahía Blanca, 1987), Rosina Lozeco (Santa Fe, 1989), Paula Soruco (Jujuy, 1983) y Diego Vdovichenko (Rosario del Tala, 1985). (Bienvenida Casandra)

Sábado 28

13: Presentación de la antología 30.30 poesía argentina del siglo XXI, con la presencia de numerosos poetas de todo el país. (Centro Cultural Roberto Fontanarrosa)

17: Mesa de lectura con Florencia Giusti (Rosario, 1989), Santiago Ney Márquez (Uruguay, 1983), Sebastián Morfes (Bahía Blanca, 1976) y Víctor López Zumelzu (Chile, 1982). (Gran Salón de Plataforma Lavardén)

18: Mesa de lectura con Manuela Suárez (San Pedro, 1982), Mauro Lo Coco (Buenos Aires, 1973)m, Omar Chauvié (Jacinto Aráuz, 1964) y Ronald Augusto (Brasil, 1961). (Gran Salón de Plataforma Lavardén)

18.30: Homenaje a Rafael Ielpi. Presentación a cargo de Sebastián Riestra y lectura de El vicio absoluto. (Gran Salón de Plataforma Lavardén)

19: Mesa de lectura con Inti García Santamaría (México, 1983), Susie Asado (Alemania) y Sebastián Bianchi (Castelar, 1966). (Gran Salón de Plataforma Lavardén)

20: Mesa de lectura con Diana Bellessi (Zavalla, 1946) y Carola Brantome (Nicaragua, 1961). (Gran Salón de Plataforma Lavardén)

20.30: Presentación de la revista digital del Festival.

21: La guitarrista y cantante Cecilia Zabala presentará Violeta secreta, donde recorre obras de Violeta Parra, sumando la participación de Fernando Noy. (Centro Cultural Roberto Fontanarrosa)

23: Mesa de lectura con Julián Bejarano (Paraná, 1983), Franco Boczkowski (Sáenz Peña, 1983), Carlos Godoy (Córdoba, 1983) y Mariela Gouiric (Bahía Blanca, 1985). El concierto de cierre estará a cargo de Pablo Dacal y Susie Asado. (Terraza de Plataforma Lavardén)

Medianoche: Mesa de lectura con Tomás Boasso (Rosario, 1984), Luciana Caamaño (Mar del Plata, 1983) y Matías Heer (Buenos Aires, 1984). (Bienvenida Casandra)

Domingo 29

12: Feria de editoriales y lectura de poesías al aire libre, con la participación de los poetas invitados al festival. (Feria del Bulevar en Plaza Suecia, Oroño y el río)

lunes, 23 de septiembre de 2013

VIDRIO de Mauricio Dreiling - Adelanto del nuevo libro de Viajera




esta noche el fin  

piel de algunas huellas

lubricaciones del frío

enumeraciones de un sonido



perder 

significados en curvas



inaugurar el amanecer

de labios un aliento



excesos en tu lengua



áspera erosión lo que raspa








 metafísica /




Mauricio Dreiling, Vidrio





domingo, 22 de septiembre de 2013

Sobre malapalabra de Cecilia Maugeri. Escribe: Adriana Mancini. Parte II


Contra la pared es el título que anuncia la siguiente entrega del libro. Contra la pared… Otro tintineo de la infancia. La Penitencia, sí, penitencia a la que otro ha condenado. Pero también: situación sin salida. Acoso. Y miedo a la palabra yerma. Cito: “mi miedo quieto/ de que no sea éste/ el comienzo/ de una metamorfosis/ de que no salga de esta lengua, esta laguna/ una rosa, un clavel”. Sin embargo, la lengua-laguna florece y nutre a una cara que indaga las posibilidades de su revés, las máscaras. Así en el poema “Puedo tener una cara de orto” aparece el esfuerzo de un YO inquieto e irreverente que anda y marcha verso tras verso mientras se va descubriendo. Esa “cara de orto” que expone el poema, desafiante y contestataria, recurre a la expresión común de la lengua –“es la única que tengo”- para defenderse de su propio acoso y a partir del contraataque, las palabras, en franca actitud lúdica, rebotan entre múltiples sentidos para convertirse en una voz de sutil tono poético que fluye y deja fluir el deseo de ser, todas las caras con sus máscaras para simplemente… y cito: “conocer/ salir/ aflojar/ dar todas las que soy/ fuera de ésta que me asfixia”. 
Los poemas no soslayan palabras, apuestan a todas: a las que abrigan, a las que anudan, a las que crecen, a las que honran y son honorables, a las que honran y no son honorables, a las que aman, a las que saludan y agradecen, a las que emocionan, a las que callan, a las que marean, a las que esperan… “Espero, eh/ estoy esperando/ sigo esperando/ no sé de dónde vas a salir, pero igual espero…” así comienza, sorpresivamente y provocador, uno de los poemas en los que un yo festivo y solitario busca “un abrazo/ nada más/ un abrazo que empuje el nudo/ bien fuerte hacia abajo/ y espero/ no soltarme esta vez”. Karina Macció, en la lectura de los poemas que a modo de posfacio cierra el libro de Maugeri, afirma con justeza: “cada imagen se enlaza a la otra y se transforma ante nuestros ojos y oídos, como cuando la espuma o las nubes nos muestran distintas formas, fantásticas, efímeras, que sentimos pasar”. 
Bajo techo y Desechas son los títulos que presentan las dos últimas series del libro. Lejos de cumplir con las expectativas de protección, Bajo techo recoge las marcas de asfixia a la que techo y pared se someten. En el poema “una gran pared sobre mi pecho aplasta” –primero de la serie- el YO se muestra en busca de una libertad desesperada, quizás la libertad que el recuerdo promete cuando se empecina en recobrar el pasado: “Estoy literalmente/ soy/ agotada/ saturada/ aplastada (…) pegada al piso me vuelvo hueso/ cal piso pared/ soy mi propio techo/ mi límite/ mi cuerpo sin ventanas/ (…) puedo decir que vivo/ porque soy mi casa/ y ya no tengo interior”.
Con Desechas, el poemario llega a su fin. El cuerpo del lenguaje se fractura, se fragmenta hasta su mínima expresión: las letras. De la A a la Z. Cada una de las letras del abecedario se muestra desnuda del sentido que las palabras le otorgaban. Las palabras han pasado por la disección implacable e impecable de una mano que se vislumbra certera y promisoria. En su deshacerse la lengua se erotiza. Deja el cuerpo pesado de las pelotas por el piso, de las procesiones y los ayeres penados, para ganar la levedad de “un sonido en el aire que se evapora”. 
Los poemas de malapalabra conjugan distintas facetas del lenguaje. Levedad y desmesura. Vaguedad y precisión. Espesor y llanura. Muestran lo mundano en su gélida vanidad y exponen el dolor del amor en sus infinitas repeticiones. Y fundamentalmente… inquietan. Violentan, en el mejor de los sentidos. Quiero decir: los poemas de malapalabra, este primer libro de Cecilia Maugeri, perturban nuestro pensamiento y ésta es, sin duda, una de las mejores maneras de ir buscando lo verdadero.



Adriana Mancini

Viajera en el día de la Bibliodiversidad



¿Qué es la bibliodiversidad?

La bibliodiversidad es la diversidad cultural aplicada al mundo del libro; como eco de la biodiversidad, se refiere a la necesaria diversidad de las producciones editoriales que se ofrecen a los lectores. Aunque los grandes grupos editoriales contribuyen debido a su producción masiva de libros a una cierta oferta editorial, la bibliodiversidad está íntimamente ligada a la producción de los editores independientes. La libertad de expresión de estos últimos los convierte en los garantes de la pluralidad y de la difusión de las ideas.
El libro debería ser un bien público, los editores independientes invitamos a las comunidades a convertirse en los actores y defensores de esta diversidad cultural adaptada al libro.




En el picnic del día B participaron más de 30 editores independientes de creación:
Garrincha Club, Tenemos las máquinas, La Cebra, Godot, Bajo la luna, Viajera, Tantalia, Paradiso, Santiago Arcos, Planta editorial, interZona, Asunto Impreso ediciones, la marca editora, Marea editorial, Biblos, Araucaria, del Zorzal, Corregidor, Colihue, Lúdico, Gerbera ediciones, Calibroscopio, Arte a Babor, Mate, de la Flor, Milena Caserola, )el asunto(, Hekht, Nulu Bonsai, Lenguaje Claro, Hormé, Patricia Rizzo editora



Entre otros poetas, escritores, músicos y artistas participaron:
Eric Mandarina, Virginia Janza, Santiago Llach, Julieta Mortati, Eitan Abelson, Gastón Efficace, Federico Fashbender, Luis Chitarroni, Rafael Cippolini


Autores de Viajera en la Feria.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Feliz Primavera

Le damos la bienvenida a la estación más florida y nos vamos de picnic a disfrutar del día B



¡Te esperamos!

De 12 a 19 en la Plaza Seca del Faena Arts Center. Aimé Paine 1165, C.A.B.A.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Viajera en la radio

Viajera Editorial estuvo en el programa radial de Natu Poblet, Leer es un placer.

Karina Macció y Cecilia Maugeri fueron entrevistadas por Carlos Clerici y Natu Poblet. 

Aquí está el audio completo del programa para que puedas escuchar esta interesante charla sobre literatura.









jueves, 19 de septiembre de 2013

Viajera en el día de la bibliodiversidad

EL 21 DE SEPTIEMBRE PARTICIPAREMOS DEL DÍA B

Suelta un libro para que alguien más lo encuentre

VIAJERA con sus libros en el Pic-Nic del Día B







¡Trae libros para soltar y vení dispuesto a encontrarte alguno!






Sabado 21/09 de 12 a 19 en la Plaza Seca del Faena Arts Center. Aimé Paine 1165, C.A.B.A.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

"Rococó", de María Florencia Giménez de Castro



"Rococó" 
(Fragmento)


Ella trata de no moverse demasiado, pero la música le recorre el cuerpo, tiene ganas de soltarse a bailar. Apollonia, con los ojos apenas cerrados, siente cómo el muchacho de al lado la está observando. Tiene la mirada ajena sobre el cuerpo. Quisiera bailar para él. Pero ahora sólo le puede regalar un suave desliz, siguendo el sonido de las cuerdas del archilaúd. Hasta que, al sentir que él se vuelve hacia su cara, decide cerrar un poco más los ojos. Su piel tirita. Pero la mirada ajena se va, Apollonia respira aliviada y se queda observando la orquesta, con un leve vaivén.
Después de poco más de un hora, Benjamin piensa en Galatea, la nereida siciliana, y sonríe al ver a su bailarina. Apollonia le devuelve el movimiento de labios, algo tímida, dejando caer
algunos cabellos sobre su cara. Finalmente la invita a tomar algo. Ella asiente. Bajan las escaleras, salen del teatro y comienzan a adentrarse en la ciudad.
Caminan unas cuadras, Benjamin sigue prendido de los pies de ella. También la mira balanceando los brazos entre los pocos rayos de luz que todavía resisten a la noche. Así va describiendo
en su piel la tierra. Apollonia es la figuración del vestir del suelo, los cabellos todavía más negros. Sonríe y sus ojos se tornan amarillos, un sutil brillo de sol. De a poco se van dejando absorber
por el tibio viento de domingo.



Incluido en Cantata, próximo título de Viajera Editorial.


"Bailarinas tras los bastidores", Edgar Degas. 1889.



martes, 17 de septiembre de 2013

Sobre malapalabra de Cecilia Maugeri. Escribe: Adriana Mancini. Parte I



malapalabra de Cecilia Maugeri
Por Adriana Mancini


El título con el que Cecilia nos entrega su primer libro de poemas marca una alerta, y trae consigo una advertencia: malapalabra. En su forma singular es, sin duda, una palabra que tensa, pesa. Y pena. Al prescindir de las eses de su plural, subraya la diferencia con todas aquellas palabras condenadas y marginadas por su naturaleza: la de ser malas palabras. El singular rescata a cada una de las palabras que dice –se dice y dice ser- una malapalabra. Aquello que NO (dicho con énfasis y escrito con mayúscula) porque es, precisamente, ¡una mala palabra! En ese sentido, este libro traza una línea a la infancia. A un antes de ser una malapalabra cada palabra pronunciada.
¿Quiénes sino los niños reciben atónitos la advertencia sobre una malapalabra y quiénes sino los niños destinan esa recién aprendida mala palabra a la bolsa de las palabras malas. Y éste es, Palabras malas, el título que aparece inmediatamente después en el poemario.
“Hay veces que te caés”, así comienza. Y a partir de este primer verso, las palabras acompañan la caída. Caen. Como pelotas, caen. Y en su ir cayendo, arman y desarman su sentido, juegan, ruedan, chocan, se rasguñan, se aniquilan, se transforman. Las palabras son forma y contenido. Son la bolsa y son los gatos y la bolsa otra vez. Son derecho y revés, sin que podamos elegir ninguno. Llevan y son llevadas, cubren y desnudan, nombran en el intento frustrado de poder nombrarse. Saben, como ya se ha dicho, que en literatura, la comunicación –es decir esa combinatoria alfabética- sólo se da entre lo que es diferente en tanto que es diferente y exaltando la diferencia. Por eso, para Maugeri “pesar” es y no es “penar” y “bolsa” es y no es “saco” que a su vez es y no es “asco”.
Mientras tanto, las palabras cavan un hueco y recorren ese espacio, que se expande y se estrecha, entre YO y OTRO y NO YO y NO OTRO. Entre ser y no ser y estar siendo. Y fundamentalmente, las palabras pujan. Pujan y son pujadas. “Voy a nacer”: así termina este primer poema de malapalabra.
Además, los poemas convocan a otro: yo, ustedes, nosotros, el tú de ese YO inquieto y audaz que se busca en la escritura. Todos los YOES están –estamos- en aquellas frases fosilizadas que aparecen con prepotencia en las entrañas mismas de sus versos. Lugares comunes que lucen su origen incierto, al mostrarse en una letra bastarda, humillada en su diminutivo –la bastardilla- que indica su pertenencia a una lengua compartida por todos los hablantes. Los lugares comunes incrustados en estos poemas son como la ganga del mineral precioso. Ellos, casi sin querer, sostienen el esqueleto del poema que los engalana. Por ejemplo, en “Vamos con la bandera”, dice: “¿Y?/ ¿ahora?/ no nos movemos, no hay viento/ la veleta no puede girar/ está… ¿fija? ¿suspendida? ¿expectante?/ Es que la procesión va por dentro/ ¿Quién lo dijo?/ ¿no la ves venir?”. Otro caso: en el poema “Hay veces que te caés”, la tan mentada frase “tengo las pelotas por el piso” va zigzagueando, sigilosamente sortea sílabas y versos, hasta convertirse en “la forma de peso que tienen las cosas/ y pesar mucho más/ y tener que agarrarla fuerte/ y sentir en las manos/ la gravedad/ el peso verdadero/ del deseo/ el querer decir/ lo que siento/ y poder/ en las manos/ sostener/ y llevar/ una palabra/ que me lleve a mí”. 




lunes, 16 de septiembre de 2013

"Hormigas en las venas", de Martín Jiménez Guerra - Próximo título de Viajera





Un cielo púrpura y rosa cubre la sábana de Dios mientras
el sol naranja rabioso se suicida en el oeste.
Llueven pedacitos de muerte por todos lados.
Desde lo alto de mi piedra un gato negro clava su mirada
rubia sobre el pozo en donde alguna vez vivieron mis
grises y dilatados ojos. Con filosofía y altivez parece
inspeccionar cada recoveco de mí atrapado Abajo, donde
nada vive sin morir primero.
El hueco en mi boca espera aquel grito sordo que
espante a la bestia como el rayo aguarda al trueno con
paciencia de hormiga.
Será en vano; esa voz hace tiempo que no llega.
Acurruco el coraje y manoseo la idea de cerrar la vida. Tan
sólo un parpadeo
para despegarme de los huesos que me aprisionan bajo
tierra y volver al agua, allá Arriba.
Tan sólo un parpadeo para regresar a la no vida.
Para volver a ser pez.





"Hormigas en las venas", Martín Jiménez Guerra.



Matteo Varsi

domingo, 15 de septiembre de 2013

FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE ROSARIO 2013

Karina Macció invitada al Festival de Poesía de Rosario 2013 que se desarrollará del 25 a 29 de septiembre.

Aquí les presentamos una lista de los invitados para ir palpitando lo que se viene en esta vigésimo primera edición del festival internacional.


Anibal Chicco Ruiz
Ariadna Vásquez
Germán Carlos Ríos
Carola Brantome
Ce Ulla
Diana Bellessi
Eduardo Ainbinder
Fabricio Estrada
Fernando Callero
Fernando Noy
Florencia Giusti
Inti García Santamaría
Jordi Doce
Homs
Karina Macció
Lisandro González
Lucas Mercado
Lucas Oliveira
Manuel Alemian
Manuela Suarez
Mariana Suozzo
Mario Castells
Mauro Lo Coco
Mirta Rosenberg
Omar Chauvié
Oscar Fariña
Pablo Natale
Patricia Suárez
Rafael Ielpi
Raúl Zurita
Ronald Augusto
Santiago Venturini
Santiago Ney Márquez
Sebastián Bianchi
Sebastián Morfes
Selva Dipasquale
Susie Asado
Taja Kramberger
Victor López Zumelzu



Para ir conociendo más sobre el festival: http://www.fipr.com.ar/

sábado, 14 de septiembre de 2013

"Como un abanico", Loreley El Jaber escribe sobre "Lado Géminis"

Como un abanico

Segunda parte


Lado Géminis, fiel a su título, se construye en base a un juego de pares que, o bien se sostiene en la materia de la poesía, o bien lo hace mediante un juego dialógico de voces que se entabla incluso gráficamente a través del uso de la cursiva y del paréntesis: “quéescisión estúpida aconsejarías/ vos, cirujano de órganos tibios/ ¿amputarme la mirada de una vez?/ ¿dejar salir la lengua-jirafa?/ Nada de eso…”; “alguna vez fuimos/ parejos/ (¿podés sentirlo todavía?)”.
El cuerpo amputado, amputable, como el yo plural innombrado e innombrable, como el todo imposible de abarcar. Lo asible resulta tan poco, lo real tan pequeño. Así entra el tiempo en este libro, el paso del tiempo y con él el aprender: “Hubo un tiempo en que fui… pero luego supe”. El saber es decepción; el crecimiento que traen los años, deriva. No hay resguardo en el presente,
allí el único refugio posible es el pasado: “en el agua parecíamos no ser/ nosotros en el tiempo/ jugábamos carreras de nado/ resbalábamos barrenador/ flotando quietos/ panza arriba/ caminata lunar en el fondo/ escamas nos unían la cola de sirena/ más allá las frías corrientes/ los bancos de arena/ espuma amarilla/ tus ojos minerales/ reflejos/ estupefacto ojo/  siguiéndome a todas partes”. La belleza de la memoria de una dupla a nado perdura en el ojo de la ya no tan joven y encuentra, por suerte, palabra.
La monotonía del hoy clausura el viaje, lleva a buscar el camino a tientas y a perderse, lleva a preguntarse: “qué sigue cuando el tiempo consume”.
Janza nos regala un sendero, construye trabajosamente un espacio de contención al desborde de un tiempo amplio que se ramifica y así socava toda imagen de arraigo, de seguridad terrosa. El sendero es, como no podía ser de otro modo, una imagen conjunta: “la fosa y la orilla”; imagen cuya apuesta se ve reforzada en un doblez genuinamente geminiana, desde el que  ugiere “mantener la boca cerrada/ apretar fuerte los labios/ y no permitir la huida” y a su vez exponer por completo la piel “porque cuanto más carne/ más roja/ más suelta”.
El pliegue del abanico no se ve, nadie repara en ese pequeño fragmento contenido y reiterado, que se esconde, que hace al movimiento, que permite su rítmica seducción desplegada. Lado Géminis muestra cada pliegue y asimismo lo abre entero, lo sacude, lo detiene. Virginia Janza exhibe al mismo tiempo una piel rojamente abierta y un par de labios fruncidos, una boca lacrada.

Loreley El Jaber

viernes, 13 de septiembre de 2013

Un fragmento de "Strip-Dancer" de Gabriela Tavolara






Mientras corro por las escaleras hacia la terraza con un megáfono, suenan en mis auriculares los primeros beats de [Declare Independence de Bjork]. Después de 12 horas ─no sé cómo me mantuve despierta tanto tiempo─ de estar rodeada de viejos pajeros en el laburo, necesito descargarme de esto de tratar de ser una mujer-hombre en un mundo de hombres haciendo un monólogo para mi querido público:




No quiero ser tu “linda”, “morocha”, “flaca”, “querida”, “bebota”, “primor”… ni que me hables coqueteándome… no nos conocemos como para que entres en confianza tan rápido. Sin maquillaje y en jogging, seguramente me dirías “arreglate, sos una desalineada”. Pretendés que sea tu muñequita, mascarita, 24x7, ¿no, Roberto? Igual, a ustedes los babosos hasta me tiran onda y me quieren dar cuando voy así nomás al supermercado, con cara de recién levantada, al natural… bastante que me pongo corpiño… Vamos, Juan Carlos, vos te creíste que estoy todo el día así hecha una diosa, vestida de gato, ¿no? Ayy, Alfredo, no durarías ni un segundo conmigo porque te jodería si salgo con amigas, si estudio, si curso de noche, si cambio de trabajo, si no quiero convivir con vos… ¡Sacá la mano, Antonio! No cambiás ni una lamparita y esperás que te cocine y te lave la ropa. Si me quejo porque te arreglás para ir al cafetín con tus amigos, y a mí ni me llevás a las esquina (y eso que yo tomo la iniciativa, ojo), me decís “andá a lavar los platos”. Rolando, Rolando… te hacés el gil comprando cualquier cosa en el supermercado, así tenés la excusa perfecta para delegarme otra tarea más. Claro, total, el señor se sienta de lo más campante en el sillón a engrosar la buzarda, mientras yo voy de acá para allá, a buscar precios y hacer todas esas huevadas que supuestamente hacemos las mujeres. ¿No sos vos el que tiene huevos, las bolas bien llenas, el boludo? Vos, vos, vos. Y yo, ¿qué? La conchuda, la hija de puta, y la madre del hijo de puta, en una cadena interminable de hijos (e hijas) bastardos. Por suerte, ya nos animamos a decir que ponemos ovarios. Y feminizamos los adjetivos colectivos, para marcar un poco más nuestra presencia en el discurso. Aunque yo siempre creo que estábamos ahí, tenemos que tener ovarios y saber que estamos ahí, y elevar la voz. En cambio, Eugenio, solamente me “permitiste” pasarme un poco de peso cuando estuve embarazada, y hasta ahí nomás, enseguida me empezaste a decir “vaca, te bajás todos los postres”. Y ayudar con la crianza de la nena, bien gracias. “Calláte, mujer, ¿qué tenés en la cabeza? ¿tenés algo?” Y si no me callo, ¿qué? ¿Me vas a fajar, a moler a golpes, a incendiar?
 No, Adalberto, no voy a seguir dejándotelo pasar, ¡sos un auténtico bolas tristes!
Están locos, locos mal… son unos aparatos… unos machos. Por suerte, están extinción.




Fragmento de Strip-Dancer de Gabriela Tavolara.

Próximo título de Viajera Editorial.