Elegí este texto porque me pareció bien representativo de un momento, que
considero crucial, dentro del recorrido del libro. De alguna manera,
esta prosa poética incluída en la sección paladeando,
reduce
(reducir no en su acepción de disminuir o limitar, sino en su uso
culinario de condensar y resaltar todos los sabores) el poema reduce,
entonces, la desesperada revelación del poeta al saberse
persiguiendo una quimera. Y es en esta reducción donde la escritura
despierta los sentidos, el yo puede recobrar su razón de ser, y la
ausencia se transforma en desafío. El texto se llama: bolitanuestra.
bolitanuestra
Lágrima de lo inconcluso. La brecha que nos separa de nosotros se
pasea riéndose por los ojos. Quizá haya otro camino que no sea el
de la piel desnuda. Pero el sentido de las cosas es parecido a la
inercia, y hay que crear nombres para tener un lugar de donde
rozarlos. Así se repite la persecución del yo, lo que algunos
llaman vida y lo que otros viven porque no saben cómo llamar.
Entonces lo inalcanzable está como espejo y lo imposible como ley.
Allí abajo estamos nosotros, agachados. Y si alguien se asoma para
ver qué estamos escondiendo, no entenderá por qué tanto alboroto
por una bolita que siempre se nos pierde, llamada deseo.
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