lunes, 4 de agosto de 2014

Ignacio Uranga desde Bahía Blanca

Descubrí a este poeta, lo quiero compartir. Es lo que me pasa cuando descubro algo que me gusta. Y justo -así son estos encuentros- viene terriblemente bien para esta semana en la que nos sumergimos en La Ruptura con Siempre de Viaje (PiP: proyecto invierno pasional. Minuto de Amor Roto). Ignacio se convierte así en el primer invitado virtual, desde Viajera para PiP.

Karina Macció



Blanca y negra. Man Ray




















Interacción comunicacional

Sí, dijo esa noche con el vaso de ron vacío, después de
la conversación que derivó en temáticas no adecuadas
para el fin sexual que la reunión tenía como propósito:
porque después del diálogo, después de comprar el diario
de madrugada al chico de 6 años, después de años de
no comer monedas de chocolate, después de ella y de mí
es decir después de nosotros que parecíamos para siempre
la idea de llegar hasta su cuarto a desordenar las sábanas
empezaba a convertirnos en objetos: quizá por eso la deci-
sión de tomarla de la mano en calle Mitre y caminar hasta
Alem, para subirme al colectivo y dejarla ahí en la esquina
parada, diciendo ahora con la mirada un auténtico , un
legítimo: el que había sido no empezaba, con sus íconos
gestuales o metalingüísticos, en el momento menos indicado
a ser : la palabra del otro, el habla ajena introducida en otro
contexto, sea cual fuere la exactitud de su transmisión, se ve
sometida, siempre, a determinadas modificaciones semánticas:
cuando yo recupero el que dijo, inevitablemente dejo fuera
una constelación de lo que también dijo con sus ojos: quiero
decir que el lenguaje nunca tuvo la facultad de ser la forma
absoluta del pensamiento: lo supe después, cuando ella quedó
sola en la esquina diciendo , mientras yo me preguntaba
sobre la ventanilla de la 500 cómo se lee una mujer


 ***
Asma

Intentando saltar el alambre en 1988, la línea divisoria
empezaba a recorrer el camino hacia la cicatriz, la
marca para siempre, con todo lo que para siem-pre
implica: suturada una vez la herida, se pretendió que dos
partes desiguales fueran convocadas en una integridad
armónica: la conciencia debida que una línea divi-
soria merece no fue considerada: una simple cicatriz pero
detrás se oculta y se muestra a la vez una causa, el sistema
de condicionamientos que contextualmente operaron para
que ahí las cosas no quedaran iguales: un componente más
en el proceso de gestación de la identidad: una huella que
no es más que otro lenguaje: porque nadie es hasta que abre
la boca o la letra, y cae en el abismo, la abertura por la distancia
el no puente, y siente al caos en carne viva, tras el esfuerzo y el
dolor, el esfuerzo y el dolor de intentar decir y caer y caer y venir
a darse cuenta de que el grito sería más: entonces el lenguaje se
vuelve cicatriz, lugar que siempre será un límite, a la vez que
marca que quema, individual, intransferible, entre la ima-
gen objetiva y subjetiva del mundo, un camino imposible, un
surco que marca un no camino, una construcción equivocada
insuficiente: una auto-herida que el hombre se ha hecho


***

Lo que la máquina civilización o urbanidad ha olvidado:


somos


 ***



† Nihil aut de gemina elegeia: funus †
                            
                            

Después de todas las teorías, Caroline
literarias, después de todos los
movimientos de avanzada, ahora, septiembre
dos mil seis, ahora, que la litera-
tura no existe, ahora, que el poema se nos vuel-
ve tan íntimo, porque, repito
hoy, ahora, la lit no existe, elijo el poema
para construir, así en la forma
como en el fondo, este signo, estético, que
muestra la nada que hay, hoy, en sus prin-
cipios, lo imposible que se vuelve el verso
para arar con el lenguaje la re-
presentación, Caroline, de tus ojos, fe-
roces, por ejemplo, regresando
mansos, al presente, de las drogas; un a-
gravio, una imprudencia, un ultraje, el tu-
yo, Caroline, dejarme, así, como si nun-
ca, así, como si nada, así, como
hoy la lit, de suerte tal que deba, en nuestros
tiempos, recurrir a esto, lo que, ahora
septiembre, dos mil seis, no es, meramente, más
que, de momento, cicatriz, recuer-
do, esto que, hoy, no es, repito, ahora, septiembre, nue-
ve, dos mil seis, cuando la lit no exis-
te, y yo me lo apropio para, con la forma
decir, también, no hay, no queda, acá, nada

                               


De El ella real (2009)

***



Adenocarcinoma


Sin embargo al tacto se notaban
particuladas en su interior, como
mínimas piedras bajo la areola:
formaban entonces parte de una
inofensiva y mera informalidad la
halitosis, la excesiva dilatación del
poro, la grasitud facial, el olor a
humedad en la ropa


Notificación

Sentimos informarle que debido
al limitado número de plazos dis-
ponibles y a la alta cantidad de
solicitantes no podemos hacerle
ningún tipo de oferta en este
momento. Mantendremos su
curriculum vitae en base para
futuros procesos de selección.
Reciba usted un cordial saludo


Soler 618

A juzgar por prejuicio o por mandatos establecidos
hubiera jurado eras analista, secretaria, mujer de
empresario, corredora de bolsa, doctora; sin embargo
evidenciando tu no ser de la ciudad, o bien poéticamente
embelleciendo la culpa, la vergüenza, soles a lo último
dijiste, porque hubiera semejado, en tu voz, al estruendo
del trueno o la ráfaga de rayo Ballantines night club, Jac-
queline: estás quebrada. Porque nadie va a pensar qué pasó
por tu corazón para que volvieras mercado tu cuerpo ni qué
cuando la no correspondencia entre forma y fondo quedó des-
cubierta, y devino la mujer que ahora te habita: estás social-
mente quebrada, Jacqueline. Ninguno va a escuchar que estabas
cansada de la espera en hospitales públicos, urgida por el ácido
en la sangre, que sólo querías cobertura social y mantel dignos
que el sacrificio está destinado también a la cirugía en Chile
y a tu tan necesaria luna, blanca, en polvo sobre la mesa  



El filo de lo real



Primero-sexto-séptimo, dije, en mil nueve
noventa y nueve, con ruido al fondo, bajo toda
la tristeza de la época estival: urdimos el sueño
de cambiar una parte de la historia: pero “sexto-
cuarto-quinto”, dijiste, y más allá de ir conmigo
a las tierras de la zona, arribamos a ningún acuerdo:
paraguayos, bolivianos, y peruanos en la cosecha
explotados, y a la hora del pago, en la indigencia
deportados: hicimos lo justo: fotos, huellas y la
insoportable burocracia, por supuesto: sin embargo
hay cosas, pareciera, que son inevitables: la aparición
de un cuarto menor que falla a tu favor, para dejar en
ruinas lo hasta ahora construido: de regreso a tus lujos
al entrar como un tajo en la ciudad: el filo de un espacio
decisivo entre nosotros: pareciera hay cosas que son
inevitables, hay cosas, pareciera, que son inevitables



Oración a Karl Marx


El caso es que no puedo ni más empobrecerme ni
con mis contradicciones: no voy esta vez a pedir
dejar de padecer la plusvalía esta de cada día ni
evitar enajenarme, así en lo real como en la
consciencia; sin ir más lejos “trabajo”, siendo
apenas un número, “que les dean trabajo”, hoy
dijo el 054, denunciando la naturaleza exclusiva
del acceso a la lengua (ácido de la ría hizo la
zona industrial, y malformación en los peces:
dejaron el agua y tomaron el fuego los pescadores
artesanales: barcos enormes, de enormes capitales
capturan la fauna con métodos de avanzada allá
en altamar). El qué de mis palabras es como rechazo
abrir de un tajo incluso más vacío que el lenguaje
un espacio irrevocable entre esta escena que hoy
habito y la alta clase, para, en lo moral como en lo
político, sentirme liberado de esta dinámica económica:
lo que antes camino y vista al paisaje, ahora enrejado
y cientos de containers más control de prefectura (ni
gaviotas en el cielo ni cañas en muelle: manchas
industriales oscuras, feroces flotan sobre el agua
como aquellos que a lo lejos conquistan la marea
sometiendo a los peces y a las lanchas en el puerto).
Un filo decisivo honestamente es lo que busco, tanto
en lo simbólico como en lo real, contra esta salvaje
maquinaria que asesina: un abismo irreductible entre
mi historia personal y la alta sociedad


de a-letheia (2011)

***

Ignacio Uranga (Bahía Blanca, Argentina, 1982) ha publicado los libros El ella real (Argentina, 2009; Ediciones Liliputienses, España, 2013, en edición), a-letheia/ramalaje (obra finalista que obtuvo el primer premio en la Convocatoria Nacional Ediciones En Danza 2012, Argentina), ramalaje (Ediciones OREM, Perú, 2013), ramalaje fue traducido al inglés por Michelle Gil-Montero para Review: Literature and Arts of the Americas (New York, 2013), Materna, prologado por el poeta Premio Cervantes Juan Gelman (Trilce Ediciones, México, 2013), un adelanto de Al grave aparecer de lo que ser ahí fue incluido en la Casa de la las Américas de Cuba (La Habana, 2014). Su último libro entonces Daniela permanece inédito.

Varios de sus poemas han sido incluidos en diversas publicaciones de Argentina, Chile, México, Cuba, Perú, España, Estados Unidos e Inglaterra; entre otras, en la revista Nayagua de la Fundación Centro de Poesía José Hierro (Madrid) y en la revista-libro Sibila (Sevilla, España), incluido por el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, junto a Pedro Lastra y Antonio Gamoneda.

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