sábado, 4 de julio de 2015

Gabriela Aristegui en la Biblioteca Nacional

Nací el 4 de marzo de 1975, en la ciudad de La Plata, lugar donde aun vivo.

Hija única, detalle no menor, crecí entre libros y papeles como compañía en los veranos solitarios de mi barrio. Es probable que por aquel tiempo haya empezado con un mundo paralelo imaginado y con trazos garabateados en un papel en forma de diario íntimo.
Crecí como cualquier niña feliz, jugando y con sonrisas.
Transité por varias disciplinas, encontrádome con la cultura oriental que me fascina y me ha sostenido a lo largo de mi adolescencia oscura y hasta hoy.
Me gusta el arte y la filosofía china, japonesa, hindú y tibetana. Encuentro ahí un resguardo que me hechiza. No soy religiosa y sin embargo creyente de algunas cosas, me gustan los rituales.
Pasé por la Universidad Nacional de La Plata, primero estudié Derecho y luego encontré una de mis pasiones: el psicoanálisis. Me recibí, entonces, de Psicóloga y me forme como analista. Práctica que hoy ejerzo en consultorio privado.
Sigmund Freud y Jaques Lacan son dos de mis maestros, ambos, a mi entender poetas. Con Lacan me sorprendí con dos frases que marcaron mi destino:
“Si no somos mejores analistas es porque no somos suficientemente poetas” y
“No hay más que poesía, se los he dicho”. No pude más que amarlo desde ese instante.
Este hallazgo me permitió transitar por diversos Congresos y Ponencias trabajando la articulación del Psicoanálisis y la Poesía, sumando también otro tema que me gusta y me interroga, la feminidad.
Desde hace un tiempo asisto a los Talleres de Siempre de Viaje, lugar maravilloso que me ha permitido encontrarme con la escritura como causa de una vida, la mía.
Estoy por publicar mi primer libro “Seresa” que parí hace ya algunos meses.
En estos momentos estoy escribiendo el segundo libro, se llamará “Estrago”. Al mismo tiempo que se empiezan a trazar textos de alguna otra cosa que aun no tiene nombre.
Por último y más importante, me habitan innumerables pasiones descontroladas que intento mitigar cotidianamente y ante las cuales fracaso, entonces escribo.



Gabriela Aristegui, 2015.

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