martes, 7 de julio de 2015

Pablo Müllner

Pablo Müllner nació en 1978, bajo un apellido de raíz alemana, por el lado paterno. En el ala materna de su familia, se cree, la raíz es criolla, aborigen. De esa mezcla rara, surge una personalidad no menos exótica.
Estudió abogacía, creyendo que el derecho era un lugar lleno de aventuras parecidas a los policiales de Poe o Conan-Doyle. Al calor de estas esperanzas es que se desanimó un poco, pero no abandonó la carrera. En cambio, para amenizar el aburrimiento leyó y leyó… En la facultad incluso conoció autores como Goethe, Foucault y Kafka. Kafka fue quien mayor impresión dejó en su carácter vivaz y curioso, angustiándolo de a ratos. Pero también fue el mismo Franz –con el que comparte una ascendencia checa– quien despertó un hormigueo de insectos no identificados en sus manos. Llegó un día cuando esa comezón pareció gritarle: “¡Escribí!”.
Se sintió bastante insatisfecho con los primeros escritos, pero no estaba dispuesto a quitar los dedos del teclado. Así descubrió, en una alta torre del Abasto, a una joven poeta rubia que por entonces empezaba a formar un pequeño grupo de escritores inéditos. Fue muchos años atrás y para no dar fechas, ni delatar edades, digamos: “Pablo Müllner integra los talleres de Siempre de Viaje desde siempre…”


 De allí surgió su primer libro de poemas El Escribiente (2006, auto editado). Y su segundo libro de microrrelatos y prosas poéticas Hospital Samsara, a ser editado en breve por Viajera Editorial.

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