Una
inquietud
Todo
comienza en la incomodidad del cuerpo, en el mío.
Me pasa
por la carne.
Se
expande. Se acrecienta. S e a b r e e e e
Entro.
Con
locura, intento algo del calmar: Ama Alma Mar Calma
Intento
despojarme (hago todo para despojarme)
Desnúdate
ya! Dale, Desnúdate!
Atrevidamente
me sumerjo en esa nube, en su espesor.
Una idea
cemento que me deja hosca, tallando recovecos (intentos)
Entro
despacio, entro maníatica.
La mejor
manera de autorizarme en el desvarío: declararme de entrada
enajenada
(entre lo
que pienso y lo que escribo)
Hay una
escansión donde no soy yo, es otra. Una escisión.
Se abre
una válvula y la cola de agua sale potente, blanca, desbordada.
Colores
alrededor. Blancos y verdes hoy me acompañan.
Entrañable
lugar en mí. Me habito.
Camino por
el borde, por lo litoral. Las letras bailan,
las hago
danzar.
Las
acomodo. Las desparramo. Juntas o Separadas ellas
me agradan.
Yo juego.
Armo y
Desarmo historias. Tejo fantasías. Descoso utopías. Vuelo
Escribir
abiertamente perturbada. Agujereada. Desbordada.
(Todo al
mismo tiempo)
Entro a la
imagen de una letra distinta. Una alucinación casi tardía en mi
vida.
Pero
llegué a tiempo.
Puedo, aun
puedo.
Escribir.
Gabriela Aristegui, 2015.
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