Bárbara Belloc (Buenos
Aires, 1968)
Publicó
los libros de poesía Bla (1992); Ambición de las flores (1997); Ira (1999); Orang-utans (2000, en colaboración con Teresa Arijón y con
traducción al inglés de Hillary Gardner); Espantasuegras
(2005); Andinista (2009) y Post Res Perditas (2012); la
investigación periodística Tribus
porteñas (1998); el libro-objeto Obrero
artificial (en colaboración con Mónica Girón, 2000); la traducción del
griego del corpus íntegro de la poesía de Safo en Poema y fragmentos completos (2006); la traducción del inglés de
poemas de Gary Snyder en Todas las
palabras para decir roca (2008); la traducción del portugués del libro de
Waly Salomão Hélio Oiticica, Qual é o
parangolé? (2009); la traducción del gallego de los poemas de Chus Pato m-Talá (2009); la traducción del portugués
de los cuentos de Clarice Lispector en Felicidad Clandestina (2011); la
traducción del portugués de la novelas de Clarice Lispector Cerca del
corazón salvaje (2011) y La manzana en lo oscuro (2012); la traducción
del portugués de la novela de Andrea del Fuego Los Malaquias (2012), y
la selección y traducción del portugués de la poesía de Ana Cristina Cesar en Medianoche-Mediodía
(Amargord, Madrid, 2012). Tradujo del
griego la poesía de Erina, Praxila, Moero, Sulpicia y Alceo, del inglés poemas
de Kim Stafford, Olga Broumas y El mar de
coral, de Patti Smith, y del portugués poemas de Angela Melim, Angelica
Freitas, Antônio Carlos de Brito (Cacaso), Mário Faustino, Waly Salomão y
Cesário Verde, publicados en libros, revistas y periódicos. Actualmente es coeditora, con T. Arijón y M.
Hermelo, del sello pato-en-la-cara, y administra los blogs
“Evolucionaria_Revolucionaria” (http://www.evolucionariarevolucionaria.blogspot.com) y
“Glossemata”.(http://glossemata.wordpress.com/). Algunos de sus poemas se
pueden encontrar en las antologías electrónicas: www.lyrikline.org y
www.laseleccionesafectivas.blogspot.com.
Algunos
poemas para compartir:
De: Post Res Perditas (2012)
*10
Todo a lo largo de la
playa, por kilómetros,
cadáveres de
animales, nudos de soga desmelenados, vidrio pulido,
envases,
detritos, pinzas sin
cuerpo, carcasas, lata, goma, piedras, huevos rotos,
la línea de espuma de
la costa como una serpiente
mitológica
(señal de algún
agüero),
y cada tanto,
puntual y
azarosamente,
una manzana roja
magullada.
*9
Antes: un esqueleto
expuesto a la intemperie,
el libro del caminante
que leí si
no escribía
no caminaba el Japón
1000 años atrás pero subía la montaña
hasta la hora de las
liebres
(hora de volver)
para que la noche no
me encontrara a cielo abierto y
todavía en el bosque
o
a punto de emprender
la picada
perdida adentro,
profundamente
perdida de mí y
confiada
a la estructura
intima de la geografía,
continua,
quebrada, continua.
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