Me lleno el cuerpo
de tu desgracia
verte ahí
enfrente
insignificante
tan poca cosa
que tu pena se diluye
entre los aquí presentes
escupiste hacia arriba
maltrataste
te vanagloriaste
y hoy tu caída
extrema
sentada atrás
te miro
apaciguada
y nada me provoca
el verte
tan diminuto.
María Victoria Verzura, Sentir Óseo.
Viajera, 2010.
Jules Pascin |
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