Planta vegetariana
Son conocidos los casos de plantas carnívoras, pero nunca se había documentado una planta que se alimentara de los frutos de otra. La Oliviscus exputera crece debajo de los olivos y coloca sus trampas estratégicamente para recibir las aceitunas que, una vez maduras, caen sobre ellas.
Una estructura cóncava las recibe. Dentro de sus pétalos modificados se encuentra una colección de jugos gástricos que digieren la aceituna y absorben sus nutrientes. Cuando el fruto del olivo cae sobre la Oliviscus, una tapa se cierra para impedir que los insectos penetren en la cavidad y roben a la planta su sustento.
Luego de algunas horas de digestión, la planta extrae todo el valor energético. Sólo después abre la tapa. Un curioso sistema le permite almacenar a todas las aceitunas que puedan caer mientras la tapa está cerrada. Van a parar a un pequeño depósito a un costado, y cuando la tapa se abre activa una palanca que envía la siguiente aceituna al interior del recinto.
Pero antes de abrirse, para completar la digestión es necesario expulsar el carozo. La Oliviscus lo hace mediante unos agujeros que están a los costados de la cavidad. La planta lleva el carozo hacia los agujeros, de tamaño reducido, y presiona sobre ellos con tanta fuerza que después de unos segundos el carozo sale
disparado y aterriza decenas de metros más lejos.
Previamente, la planta inserta en el carozo una semilla propia.
De ese modo, cuando crece un nuevo olivo, debajo también crece una Oliviscus, y el ciclo se renueva.
Nicolás Di Candia, Léame.
Viajera, 2011.
Kyle Ford |
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