La Marip Osa
No ha de extrañarnos la extinción de la Marip Osa.
Se puede decir que ha caído
por su propio peso.
Valga la paradoja, a fuerza de caer
ha quedado sin descendencia.
Por gigantescas que fueran las flores prehistóricas
ninguna fue capaz de soportar tamaña libación.
La Marip Osa, amante del néctar y de la miel
como todos sus parientes tanto del lado paterno
(ordo Lepidopterae)
como del lado materno
(genus Ursidae),
ha sido causante no sólo de su propia destrucción,
sino de la de más géneros de plantas florales
que el mismísimo Homo Sapiens.
Constituyen un caso aparte
las plantas carnívoras del género Ursifagae
que sucumbieron por indigestión
Hay paleontólogos que sostienen
que las mariposas que hoy conocemos
son descendientes raquíticas
de las últimas Marip Osas desnutridas
cuya esquelética envergadura hubo flor que soportó.
de Contribución a un repertorio renovado
de seres imaginarios y animales míticos
Jan De Jager, Relámpagos Vol I.
Próximo título de Viajera.
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