la piel
transparenta
finísimas
líneas quebradas
como ramas
el
entramado de la raíz
lo blando
resbaloso
ver
deslizarse
entre las
plantas
por abajo
del agua espesa
sobre el
barro
un pájaro
lo ve y vuela
un sapo
rítmico latido espeso
la tarde
cielo rojo
vibrantes
insectos
solo un
niño
recostado
en la orilla
ve
las
escamas se desprenden
caen
mariposas círculos colores brillantes
de la
criatura
del agua
deja la
piel muda
muerta
camina
lento
desaparece
lo verde ahora negro
ahora
noche
Eugenia Coiro, Agua o niño que corre.
Próximo título de Viajera.
Edward Steichen |
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