un largo año no es suficiente
para borrar
la cicatriz en mi espalda
me sigue ardiendo
un par de esponsales
con las muñecas perdidas
por querer separar
hierro tibio nos unía
a pesar de nosotros
la intangible y marital ceremonia
nunca celebrada
Two acrobats, Ernst L. Kirchner |
calladas
un caballero esperaba entre nubes
cuánto tiempo
ya ves, casi no cambia nada
y sin embargo mi boca no brilla
y sin embargo
un rizo se ha secado este invierno
tengo una cana nueva
una arruga descubierta al pasar
cuando me miro a los ojos
los párpados han crecido tanto desde entonces
ya me cubren todo el cuerpo
son alfombras por donde camino
cada paso acolchado
pisoteándome la piel de mis propios ojos
qué dirías si estuvieras
qué escisión estúpida aconsejarías
vos, cirujano de órganos tibios
¿amputarme la mirada de una vez?
¿dejar salir la lengua-jirafa?
Nada de eso.
Abrirías el camino blanco
la distancia de siempre
separando nuestras sendas cruzadas
una luz de anestesia
en pleno día
con los ojos abiertos
ausente.
Cuánto cuesta la felicidad
el equilibrio no inducido artificialmente
la mirada sin vidrio entremedio
cuánto cuesta comandar tu vida
encomendarla
mantener una cierta rectitud
ser fiel a tus propias elecciones
la ética nuestra de cada día
aun en ausencia
aun cuando todo parece perdido
ACTUAR
en el escenario de truman
escalar las paredes y tirar abajo la escenografía
dar vuelta a la historia
escribir un guión nuevo
hablar tu propio lenguaje
escuchando solamente esa voz
que late por dentro
tuc tuc
tuc tuc
tuc tuc
tuc tuc
(no te pierdas)
Virginia Janza, Lado Géminis.
Viajera, 2012.
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