Mugientes
Bucólicas tardes me cuesta nombrarlas
llamarlas. Embotado abotagado
moscas hiperlentas aún más que yo
escondido del resto, en las bestias mugientes
ellas: ojos sin fondo sus almas huyeron hace tiempo
taladran mis oídos sin música
y compiten los pájaros contra las ubres mudas
cotorrean a lo lejos, ellas
me pregunto cien veces cómo llegué al que soy
y de qué me río
cuántas vueltas más podré dar
si corro acaso seré más libre
¿y de qué?
ni siquiera sé flotar
en el rumor de mis ideas
empastadas lentas sin aliento
me anclo en seco
descorcho el año nuevo
pesebro la noche vieja, días sin sombra
mediodías perfectos con sol a pique
falto de reflejos donde mirarme
desato cientos de ensayos, desacelero en las curvas
la reconversión es un baño ritual
un montón de nada
sólo moscas girando lentas, lentas, súper lentas
fuera o dentro de mis ojos acalorados
mugen y trinan mis ideas desbocadas
quizá y qué importa
le interesen a casi nadie
como a mí: el tambo, el campo y el matadero
donde pastan moran y mueren:
ellas.
Ricardo Czikk, Estuche negro.
Viajera, 2009.
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